Dieta Détox: ¿Aliada o Enemiga?

La época del buen comer ya ha pasado y ha dejado un rastro de barrigas incipientes y michelines intrépidos que se aferran a las profundidades de nuestro ser.

Una voz en nuestra cabeza nos dice que han venido para quedarse; nos armamos de valor y decidimos subir a la báscula… nuestras sospechas se confirman: hemos cogido “un par de kilos”. 

Llega ahora el momento de buscar soluciones a ese asedio impuesto por tantas comidas copiosas recientes: apuntarnos a un gimnasio y, por supuesto, empezar una dieta son las primeras.

Entre las múltiples opciones, se nos aparecerá la dieta Détox. Por el nombre parece que nos va a limpiar por dentro pero, para barajarla como opción, es importante saber en qué consiste, ¿no? ¡Pues allá vamos!

La dieta Détox alude a un proceso en el que la persona se abstiene de sustancias tóxicas para eliminarlas del organismo. Se conoce por proponer la ingesta de zumos depurativos, resultados de mezclas de ingredientes orgánicos como frutas, verduras, cereales, super-alimentos…

Pero la dieta Détox no es solo la parte bebida; de hecho, para que la propia dieta no sea perjudicial, la base de la misma debe respetar el aporte calórico y de nutrientes que necesitamos para funcionar bien,

El objetivo de estos zumos es limpiar el organismo y eliminar de él diferentes toxinas, a la vez que incrementan la absorción de vitaminas y sustancias antioxidantes.

Pese al halo moderno que le aporta el nombre, esta es una práctica que lleva siglos llevándose a cabo gracias a sus demostrados beneficios.

Principalmente, como hemos mencionado, elimina toxinas. “¿Pero eso en qué se nota?” os preguntaréis. Bien, la digestión se ve optimizada de forma que puede ayudar con problemas de estreñimiento; ayuda a regular el colesterol y a controlar la presión arterial; reduce la hinchazón debida a los excesos; aumenta los niveles de energía; reduce los dolores de cabeza debidos a una mala alimentación; mejora el estado de ánimo y la concentración, disminuyendo la ansiedad y los conocidos atracones derivados de ella; refuerza el sistema inmune… en definitiva, supone una puesta a punto de nuestro cuerpo para dar lo mejor de sí mismo.

Sin embargo, se pueden presentar una serie de efectos perjudiciales de estas dietas si se llevan al insano extremo de usarlas para adelgazar a toda costa, en lugar de para procurar nuestro bienestar físico y mental. Al igual que con cualquier dieta, se debe tener cuidado de cómo la aplicamos y de seguir siento respetuosos con nuestro cuerpo.

En este caso, una dieta Détox mal planteada puede llegar a provocarnos un efecto contrario al esperado: regalándonos dolores de cabeza y un indeseado efecto rebote en el peso; por otro lado, pueden aparecer acidez estomacal, náuseas, cansancio y apatía; además, la pérdida de lípidos puede ir acompañada de una reducción de la masa muscular debida a la falta de proteínas.

Después de informarnos de esta dieta, nos ronda la cabeza una duda en forma de “sí pero no”: “¿Entonces es buena o mala la dieta Détox?”.

Ante la información anterior, cabe destacar que esta forma de depurar nuestro cuerpo después de los excesos de Navidad puede dar muy buenos resultados siempre y cuando se combine con otras conductas de salud como: hacer ejercicio moderado, llevar una alimentación completa y sana dándole a nuestro organismo lo que necesita, dejando de fumar— aunque esto tal vez lo dejemos como propósito para el año que viene, ¿no?— y procurándonos un descanso adecuado.

Siempre recomendamos consultar con un médico antes de iniciarnos por nuestra cuenta en cualquier dieta. A fin de cuentas, no todas las personas parten de las mismas condiciones de salud; cada persona se beneficiará de un tipo de dieta que se adapte a sus necesidades y a las de su cuerpo.

Finalmente, y antes de dejar que vayáis a celebrar vuestra determinación por emprender el camino Détox con un zumo de verduras y frutas, nos gustaría recordaros que el objetivo de llevar una alimentación sana no es adelgazar— la pérdida de peso es, en realidad, una consecuencia de llevar una vida no sedentaria y saludable—; sino encontrarnos mejor con nosotros mismos y con nuestros cuerpos.