¿Sabes qué es la alimentación de valor?

Es un mecanismo dietético que prioriza el consumo de alimentos ricos en nutrientes sin restricciones estrictas. 

Los productos poco saludables tienen cabida aquí pero en todo momento se procura controlar su presencia para que no causen daños al medio interno. Por lo que será importante estar atento a las señales del organismo y escuchar sus necesidades. 

Mantener una dieta saludable es la clave para mantenerse sano a largo plazo. Para ello, es recomendable garantizar variedad y equilibrio en el nivel de energía. 

Para esto, no es necesario contar calorías con frecuencia sino que es suficiente guiarse por los mecanismos del apetito y la saciedad, ya que funcionan mejor en muchas ocasiones.

Las bases de la alimentación de alto valor

Un principio de la nutrición de alto valor es elegir siempre alimentos frescos que puedan aportar una buena dosis de nutrientes.

De esta forma, nos aseguramos de que se cumplan los requerimientos nutricionales, lo que ayudará a evitar carencias que puedan ocasionar condiciones negativas para el funcionamiento del organismo. Ahora ya no tienes que preocuparte por eso, puedes disfrutar por una vez.

Por regla general, cabe señalar que muchas dietas carecen de elementos como las proteínas. Se ha demostrado que estas sustancias son fundamentales para prevenir el desarrollo de enfermedades que pueden afectar a la masa grasa, como la pérdida de peso. 

Por ejemplo, la inclusión regular de alimentos de origen animal en la dieta ayudará a prevenir este problema, asegurando la reparación de los tejidos después de cada día.

Por otro lado, será crucial asegurar el suministro de micronutrientes presentes en los productos agrícolas frescos. 

Siempre están presentes en pequeñas cantidades, pero son necesarios para el funcionamiento normal del organismo. Estos micronutrientes están involucrados en muchos procesos fisiológicos diferentes. En caso de deficiencia, se recomienda la suplementación para prevenir el desarrollo de problemas crónicos.

Los procesados en la alimentación de alto valor

En general, no se recomienda la presencia habitual de alimentos procesados ​​artificialmente en la dieta. Estos productos contienen azúcares simples, grasas trans y aditivos artificiales que pueden ser dañinos para la salud humana. 

Estas grasas aumentan los niveles de inflamación en el medio interno, lo que regula el estado de salud. 

Esto fue confirmado por una encuesta publicada en el BMJ (British Medical Journal). 

Sin embargo, no debe excluir por completo estos alimentos de su dieta y no debe sentirse culpable después de comerlos. Nutrición valiosa significa que nada puede proporcionar una comida de una sola vez, siempre que sea parte de una dieta variada y equilibrada. Siempre que se prefieran alimentos frescos en la dieta, esto no debería ser dañino.

En este sentido, el valor de las conservas es que no existen alimentos buenos o malos, y que todo depende del contexto. Por ejemplo, un exceso de azúcares simples puede ser negativo para las personas que no hacen ejercicio. Según un estudio publicado en la revista Current Diabetes Reports, aumentan el riesgo de desarrollar diabetes. Sin embargo, para los atletas, se necesita en cantidades relativamente grandes.

La importancia de los hábitos

Sin embargo, para mantener una buena salud es necesario combinar una dieta de alto valor añadido y una serie de hábitos a lo largo del tiempo. Por ejemplo, realizar actividad física de forma regular será crucial, priorizando el trabajo de fuerza muscular. De esta forma, se controla la inflamación en el medio interno, asegurando que el proceso fisiológico se lleve a cabo de manera efectiva.

Asimismo, debes asegurarte dormir 7 u 8 horas cada noche. En reposo, el cuerpo humano realiza una serie de procesos de reparación de tejidos, que son necesarios para que todo funcione correctamente al día siguiente. 

Además, se eliminarán los metabolitos tóxicos creados durante el día.

En resumen, los alimentos de alto valor son un tipo de dieta versátil destinada a mejorar la salud. No se enfoca demasiado en las calorías o la absorción de un nutriente en particular, sino que apuesta por la variedad de alimentos, promoviendo los alimentos frescos, no restringiendo los procesados y enfatizando la necesidad de ejercicio de fuerza.

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