Publicado el : 22/02/2019
Categorías : Fechas especiales
Bien es sabido que los frutos secos deben formar parte de nuestra dieta, debido a sus propiedades. En otro artículo hemos hablado ya de las almendras; hoy toca hablar de un fruto seco adictivo como pocos: los pistachos.
Este alimento, de color verde característico, es de la misma familia que la del anacardo. Procede de las regiones secas y montañosas de Irán, Turquía, Afganistán y Turkmenistán.
Su sabor inconfundible y la cáscara abierta que lo cubren hacen que sea muy fácil engancharse y, realmente complicado, comer “solo una”. Y esto no es necesariamente malo, pues trae consigo numerosos beneficios a nuestro sistema nervioso, cardiovascular e inmunitario.
Esto es posible al nada desdeñable 20% de proteínas vegetales que nos aportan; tanto como las legumbres. Además, contienen un 28% de hidratos de carbono que se absorben lentamente, por lo que nos proporcionan energía gradual. Un 10% de fibra —que ayuda a regular el tránsito intestinal—, y un 44.5% de grasas —de las cuales, un 54% están formadas por el monoinsaturado ácido oleico, beneficioso para el corazón— terminan de coronar la amalgama de nutrientes de los pistachos. ¡Un momento! No nos olvidemos de los minerales: este fruto seco es el más rico en hierro y el más abundante en potasio, lo que ayuda a controlar la presión arterial.
Ahora os estaréis preguntando para qué sirven todos esos nutrientes. Vamos a enumerar, pues, en que se traducen los porcentajes anteriores para tu salud:
Ahora que conoces todos los beneficios que traen consigo los pistachos, ya estás tardando en tomarte un puñado… ¿podrás parar una vez empieces? Nosotros creemos que no, pero ya has visto que eso no es del todo malo, así que… ¡que aproveche!